La detección de signos de violencia en los alumnos es el primer paso para prevenir el acoso escolar en las aulas de clase y fuera de ellas. Esta tarea recae por completo en los adultos que forman parte de las instituciones, es decir, educadores, directores y hasta familiares.
Dentro de la comunidad educativa, el acoso escolar es uno de los tipos de violencia escolar más extrema y común. Se lo define como la reiteración de maltrato psicológico, físico y verbal entre estudiantes.
Aquel que recibe la violencia propia del acoso escolar no suele comunicarlo de forma clara, y de no detectarse a tiempo, sus consecuencias pueden ser muy graves. De allí, la importancia de familiarizarse con las herramientas existentes para prevenir el acoso escolar ¿Las repasamos?
Indicadores de acoso escolar
Antes de profundizar en los indicadores que señalan la existencia de bullying, es importante hacer un repaso de los tipos de acoso escolar que existen.
El psicólogo Iñaki Piñuela y la profesora Araceli Oñate, ambos especialistas en prevención de violencia escolar, describen las nueve modalidades más comunes de acoso que se viven en las instituciones educativas.
Estas modalidades se pueden agrupar en 4 grandes subgrupos
Acoso físico: refiere a acciones como hostigamiento, agresión y coacciones. Estos tipos de bullying aplican la violencia física y sexual hacia el estudiante.
Acoso Psicológico: en este grupo encontramos violencia que se expresa a través de la manipulación mental, bloqueo y exclusión social, intimidación y amenazas.
Acoso cibernético: el acoso cibernético es aquel que se realiza mediante las plataformas digitales y puede tener acciones como la amenaza y la manipulación.
Para poder identificar si el alumno está afrontando una situación de acoso escolar, es importante que los educadores y familiares estén atentos a los siguientes indicadores:
- Descenso en el rendimiento escolar
- Nerviosismo frente a la presencia de ciertos estudiantes
- Miedo de ir al baño
- Abuso de sustancias nocivas
- Problemas para comer
- Problemas para dormir
- Dificultades físicas constantes como enfermedades recurrentes
- Evitar participar en ciertas actividades grupales
- Enuresis: emisión involuntaria y repentina de orina que ocurre de día o noche
- Autolesionarse
- Aislamiento voluntario y constante
La detección de estas señales es imperativo para cada adulto que se encuentra alrededor del niño que sufre la violencia para poder prevenir el acoso escolar o tomar medidas una vez hayan iniciado las acciones violentas.
Claves para prevenir el acoso escolar
Mantener la comunicación abierta
Es importante recalcar siempre a los estudiantes que estamos abiertos a escucharlos, además de incentivar el intercambio entre ellos, coordinando reuniones grupales e individuales donde poco a poco se acostumbren a expresar sus emociones.
Capacitar sobre el acoso
Dentro de las instituciones deben existir programas que comuniquen lo que es el acoso y cómo detectarlo, haciendo énfasis en los indicadores que nombramos al inicio de este artículo. Estos programas no deben ser algo de una vez, sino que tienen que reforzarse continuamente, tanto para los alumnos como para los educadores.
Realizar planificaciones educativas más inclusivas
Es un hecho que los alumnos en instituciones donde se opta por la actividad física y las metodologías pedagógicas basadas en técnicas neurocientíficas, tienen menor incidencia de acoso escolar.
Por lo tanto, la implementación de planificaciones de inclusión grupal donde los alumnos se conozcan mejor entre ellos, es importante para el desarrollo de la empatía. El educador debe entender que el alumno que realiza la violencia física puede estar también atravesando un momento difícil en casa. Esto lo ayudará a entender mejor el panorama y prevenir el acoso escolar.
Estar siempre alerta a los indicadores
Las víctimas de acoso no suelen comunicar o expresar de forma clara la situación que atraviesan, incluso cuando los invitamos a conversar, ya que les ocasiona vergüenza o miedo. Tomando en cuenta esta limitación que tiene el estudiante, es importante que el educador esté siempre alerta a las señales de acoso que muestra una víctima. Sólo a través de la detección temprana podemos prevenir el acoso escolar.
Incluir a las familias
Cuando se detecta el acoso escolar, es importante no desvincular a la familia de las causas de esta violencia. Los niños tienen el primer ejemplo afectivo y de vínculo social en sus casas, por lo que la forma de relacionarse en la institución está afectada por el ejemplo que reciben en el hogar.
Comunicarle a las familias que sus hijos reciben violencia en la escuela o la aplican a otros, es importante para prevenir el acoso escolar y reducir las instancias de situaciones crueles entre estudiantes.
El método finlandes para prevenir el acoso escolar
En Finlandia se creó un método para prevenir el acoso escolar que no solo redujo hasta un 20% las instancias de violencia en algunas instituciones, sino que logró eliminarlo en un 80% en otras, todo esto de acuerdo a fuentes obtenidas por la BBC.
El método se llama KiVA, acrónimo para la frase Kiusaamista Vastaan, que significa: contra el bullying. El éxito de este método está en la estrategia de la inclusión de los testigos.
Incluir a los testigos significa conversar con aquellos estudiantes que presencian el bullying de forma pasiva, ya sea riéndose de la víctima o presenciando un acto de violencia y quedándose en silencio.
Esta estrategia funciona porque, como ya hemos remarcado, las víctimas de bullying no suelen decir lo que les sucede por miedo a ser criticadas o ignoradas. El método de incluir a testigos dentro de una situación de violencia permite a las víctimas sentirse apoyadas y respetadas por sus iguales.
Conclusiones
Las herramientas para prevenir el acoso escolar deben ser implementadas y practicadas diariamente por los adultos involucrados en la educación de los jóvenes. Es importante que en este proceso se involucren tanto los educadores como las familias.
En la actualidad, el acoso escolar incide en la salud mental de los alumnos, llevandolos a cometer autoflagelación y suicidio. Si sabemos detectar a tiempo las señales de violencia entre estudiantes, podremos evitar situaciones de riesgo físico.
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